Vestido con ropajes oscuros y tocado con un sombrero de apariencia occidental, Khadafi aparece de pie y saludando a sus partidarios. Decenas de personas, que exhibían retratos del líder libio y el emblema verde que simboliza el régimen de Trípoli, rodeaban el vehículo voceando eslóganes a mayor gloria del coronel. El dictador respondía con gestos de la mano haciendo la V de la victoria con sus dedos y alzando los puños al cielo. En un momento, un hombre sentado en el asiento de delante sacó la cabeza por la ventana y gritó: "Dios, Libia, Muammar y nada más". El convoy estaba integrado por otros vehículos en los que había guardaespaldas.
Más temprano, varios aviones sobrevolaron Trípoli, donde se escucharon fuertes explosiones, seguidas de disparos de la defensa antiaérea. Se contemplaba una columna de humo en el barrio de Ain Zara, en el sudeste de la capital. La televisión libia afirmó, citando una fuente militar, que "instalaciones militares y civiles en Trípoli, Aziziyé y Kikla (habían sido) blanco hace poco de ataques de los agresores colonialistas cruzados". Sin embargo, la OTAN afirmó que no había ningún aparato de la Alianza sobrevolando la ciudad.
La Alianza Atlántica pidió más aviones de combate para apoyar el trabajo de Francia y Gran Bretaña en los bombardeos y prometió proteger a los civiles "tanto tiempo como sea necesario" en una reunión en Berlín. "
París y Londres, que asumen el grueso de los bombardeos contra objetivos terrestres, apoyados por sólo cuatro países -Bélgica, Dinamarca, Noruega y Canadá-, presionaron públicamente a la Alianza Atlántica para que incremente sus esfuerzos militares y evite un estancamiento del conflicto. Pero España, que desde un principio limita su participación en la misión de la OTAN a la aplicación del embargo de armas y de la zona de exclusión aérea, rechazó de entrada una mayor implicación. Otros tres países -Italia, Holanda y Suecia- también pusieron a disposición varios aviones, pero sin autorizarlos por ahora a atacar objetivos terrestres.
Menos de la mitad de los 28 países miembros de la OTAN participan, de alguna forma, militarmente en la operación en Libia: Estados Unidos decidió a principios de mes pasar a un segundo plano y entregar el mando de las operaciones que dirigía a la OTAN para evitar abrir un nuevo frente bélico en el extranjero, después de Irak y Afganistán.
Por primera vez, los miembros de la OTAN reclamaron conjuntamente a Khadafi que abandone el poder, al aprobar la declaración adoptada en la víspera por el llamado Grupo de Contacto sobre Libia, que reúne a los países occidentales y árabes implicados en la campaña contra el régimen.
El secretario general de la ONU, pidió por su parte una solución "política" y un "alto el fuego inmediato", durante una reunión internacional en la sede de la Liga Arabe en El Cairo.
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