
El Gobierno de Barack Obama se mostró satisfecho con los resultados logrados en ambos frentes, aunque con algunos matices.
El subsecretario de Estado, James Steinberg, consideró ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes que la deserción del ministro libio de Asuntos Exteriores, Musa Kusa, representa "una indicación" de que las medidas de presión impuestas sobre el régimen el Gadafi "pueden tener éxito".
Cuando "alguien que ha estado durante tanto tiempo como él con Gadafi, lo abandona, es una fuerte señal de que ya no hay más futuro" en ese régimen, sostuvo.
Cuando "alguien que ha estado durante tanto tiempo como él con Gadafi, lo abandona, es una fuerte señal de que ya no hay más futuro" en ese régimen, sostuvo.
La Casa Blanca indicó que el abandono de Kusa representa "un golpe significativo para el régimen" y demuestra que quienes rodean a Gadafi "entienden que el sistema se desmorona".
Sobre la situación de Kusa, quien pidió asilo en Londres, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió que el excanciller libio no gozará de inmunidad.
Sobre la situación de Kusa, quien pidió asilo en Londres, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió que el excanciller libio no gozará de inmunidad.
"Quiero dejar claro que a Musa Kusa no se le ha garantizado inmunidad. No hay un acuerdo de ese tipo", aseguró Cameron, que recordó que la investigación sobre el atentado de Lockerbie "todavía está abierta" y en manos de las autoridades judiciales.
"La Policía y las autoridades de la Fiscalía, que son plenamente independientes del Gobierno, deben seguir las pruebas hasta donde les lleven, y el Gobierno les ayudará en lo que pueda. El Gobierno no restringirá de ninguna manera que se sigan las pruebas y responderemos a cualquier petición que se haga".
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